Dichoso tú, Vishnú, con tus plurales...
Hoy, 8 de diciembre, Feriado Mariano, me entrego cabalmente a los rigores del ocio. Trato de ponerme al día con varias cintas que tenía pendientes. La sesión de cine doméstico, pensada más que nada para probar mi nuevo proyector Epson (¡de 2800 ANSI Lumen!), incluye: King Kong en sus múltiples re-makes (la de Naomi Watts, todo un adelanto, me la trajeron de Iquique), Segunda Patria (la interminable saga muniqueta de Edgar Reitz), Fritz, el gato (a Polombeta la pueden los porno-cartoons), el Hitler de Syberberg (sombría) y Erreway-Cuatro caminos (pensada para encender a las huestes adolescentes de Haifa, de Buenos Aires y de Budapest).
Inspirado por las pulsiones que me generaron algunas escenas de velado desnudismo, escribí este soneto dedicado a la joven estrella Luisana Lopilato. En un primer momento, es cierto, pensé en volcar mis preferencias hacia Camila Bordonaba... o hacia Felipe Colombo (¿Qué hay de malo? El Ágora de Atenas desbordaba de amor homoerótico), pero luego recapacité y me aferré con locura a los dones de Luisana. Bueno, como verán, opté por reemplazar los cuartetos por serventesios. Espero no haber errado.
Dichoso tú, Vishnú, con tus plurales
y brahamánicos brazos... me sofoco
en invidias, pues dos son mis mortales
manecitas: ¡más quiero, menos toco...!
Luisana, qué ruinosas bacanales
me dictan tus turgencias, poco a poco.
¿Quién pudiera arrasar los arenales
de tu espalda, soplar como el Siroco?
Erógena ninfeta, voluptuosa
florecilla de loto: no te admiro
menos que el Sol, ni más. Estrepitosa
belleza (¡ni el birmánico zafiro!),
tu erecta ingenuidad copia la prosa
del hechicero ruso, Vladimiro.
Inspirado por las pulsiones que me generaron algunas escenas de velado desnudismo, escribí este soneto dedicado a la joven estrella Luisana Lopilato. En un primer momento, es cierto, pensé en volcar mis preferencias hacia Camila Bordonaba... o hacia Felipe Colombo (¿Qué hay de malo? El Ágora de Atenas desbordaba de amor homoerótico), pero luego recapacité y me aferré con locura a los dones de Luisana. Bueno, como verán, opté por reemplazar los cuartetos por serventesios. Espero no haber errado.
Dichoso tú, Vishnú, con tus plurales
y brahamánicos brazos... me sofoco
en invidias, pues dos son mis mortales
manecitas: ¡más quiero, menos toco...!
Luisana, qué ruinosas bacanales
me dictan tus turgencias, poco a poco.
¿Quién pudiera arrasar los arenales
de tu espalda, soplar como el Siroco?
Erógena ninfeta, voluptuosa
florecilla de loto: no te admiro
menos que el Sol, ni más. Estrepitosa
belleza (¡ni el birmánico zafiro!),
tu erecta ingenuidad copia la prosa
del hechicero ruso, Vladimiro.
5 Comments:
wow, i'm impressed.
y coincido, qué buena está Luisana Lopilato.
By mer, at December 09, 2005 12:09 PM
¿Vio, Mer? Y qué buena actriz es. Mi Dios...
By El Alberto, at December 10, 2005 8:18 AM
Ah, sus dotes actorales las desconozco.
Señor, ¿y su cucuruchi no se pone celosa de que usted dedique a otras sus inspirados versos?
By mer, at December 10, 2005 9:32 AM
Vea, Mer, esa discusión ha surgido no pocas veces en nuestra –digamos– joven relación. Pero tanto cucuruchi como yo somos dos espíritus libres...
By El Alberto, at December 10, 2005 11:59 AM
Lo inspira para escribir tales versos la belleza de las curvas o de la juventud...??
Lo considero un poco mayor hasta para fantasear con tan linda chica, pero no deja de causarme envidia ella y de atraerme uds.Tiene un aura de Poder que confieso, ha confirmado lo dicho por malas lenguas...aquello de que el dinero seduce hasta embriagar.
Me atrevo yo a hacerle una pregunta..Un hombre como usted, prefiere de una mujer,el interés o su amor?
By Anonymous, at March 03, 2006 7:29 AM
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